17.6.10

La novela del verano

Novela de amor en la era del correo electrónico, Contra el viento del norte consigue lo que otras predecesoras no habían logrado: conectar su pasión on line con los clásicos de la narrativa romántica epistolar. Y hacerlo, además, con sencillez y eficacia

Una joven envía correos electrónicos desde su ordenador.Foto:JAMIESTANDBRIDGE.fuente:elperiodico.com

Más de 850.000 ejemplares vendidos en Alemania, traducciones a decenas de lenguas y ser finalista del German Book Price avalan el 'fenómeno Glattauer'.

De la Pepita Jiménez de Juan Valera a Las amistades peligrosas de Choderlos de Laclos, y de Las penas del joven Werther de Goethe a la Carta de una desconocida de Stefan Zweig, la novela epistolar de trasfondo amoroso ha dado pie a numerosas obras maestras en la historia de la literatura. En cambio, su versión más moderna, la de la novela epistolar virtual (esto es, mediante correo electrónico, redes sociales o internet en general), solo había proporcionado hasta ahora un sinfín de sucedáneos de novela rosa, la mayoría de carácter sonrojante. De ahí la sorpresa, acompañada además de unas sonadas ventas en Alemania, que supone este Contra el viento del norte, de Daniel Glattauer (Viena, Austria,1960).

No aspira en absoluto a clásico, pero igual que Zweig ofrece en su aparente sencillez una lección de eficacia narrativa, en este caso apuntalada en su astucia, su ingenio, su ironía, sus perfectas dosis de tensión y sus memorables reflexiones sobre el poder de los celos, de las palabras y de la imaginación en todo proceso de enamoramiento. Contra el viento del norte es una novela ligera, sí, no se pretende más. Pero es brillante, y en su honesta simplicidad acaudala suficientes aciertos como para convertirse en un fenómeno; en el del verano, incluso, en un boca a boca de los que marcan temporada.

TRUCOS

Ocurra o no, cabe reseñar que la novela esconde algunos trucos de maestro. Su arranque, entre ellos, ya que el diálogo entre los protagonistas, Emmi Rothner (ese Emmi no será casual para quien haya leído Madame Bovary) y Leo Leike, se inicia por error cuando ella quiere cancelar una suscripción. Siempre mediante el mero intercambio de e-mails, que estructura el libro con una potencia insospechada, el lector asiste a la divertida forma en que ambos inician su relación on line, y al modo en que llegan a conocerse en profundidad pese a estar ella casada y él aún herido por un reciente desamor. Lo que en otras manos hubiese sido un romance previsible, en Glattauer adquiere pronto un interés creciente: por él, que es un experto en lenguaje on line y analiza cada frase de ella con afilada precisión; por ella, que combina una racionalidad exacerbada con confe-siones desopilantes; por la personalidad de ambos, trazada por el autor con elegancia, depuración y matices inagotables; y, sobre todo, por la endiablada adicción que provoca la lectura de la obra, en parte porque Glattauer retrasa con habilidad el posible encuentro entre ambos y en parte porque acaba poniendo sobre la mesa, sin que suenen a trillados, los eternos dilemas sobre la pareja, la fidelidad, la pasión, el deseo y las atracciones fatales.

NOVELITA TRAZADA CON CINCEL

Zweig, Flaubert, Goethe, todo está en esta novela romántica en el sentido original, que recrea escenas tan soberbias como la de la malograda cita anónima en un concurrido bar. Que nadie se engañe, por tanto: Contra el viento del norte (lástima de título) parece una novelita sencilla, pero está trazada con cincel, y el resultado trasciende su anécdota. Al final, cualquiera que alguna vez se haya enamorado aceptará que merece la pena flirtear con Glattauer. Aunque sea a distancia, aunque sea leyendo. Porque, a pesar de lo que Paul Valéry decía, la piel no es siempre lo más profundo...


CONTRA EL VIENTO DEL NORTE CONTRA EL VENT DEL NORD Daniel Glattauer Trad.: Macarena González / Carme Gala. Alfaguara / La Campana 260 / 238 páginas

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