19.3.11

Los maestros de Monzó

Una sugerencia: antes de leer la lista de los trece de Monzó, ¿te animas a hacer la tuya y ver si coincidís en alguno? Y si no, pues tienes trece lecturas muy apetecibles. De nada

El escritor barcelonés Quim Monzó en la fotogrfía de © Lisbeth Salas.fuente:revista eñe

«Hace años acepté pasar un fin de semana en un hotel de Sitges explicando a un grupo de quince o veinte personas qué entiendo por cuento y por narración, y las diferencias hay entre una y otra cosa, si es que las hay. Para aclarar un poco mis ideas preparé antes una lista de doce cuentos que me parecían —y me parecen— modélicos. Hubiesen podido ser muchos más, de los mismos y de otros autores, pero entonces hubiesen sido demasiados para poder hablar con detalle de cada uno de ellos.

»Al cabo de los años, un día busqué la lista y no la encontré en ninguna carpeta. Tiempo después, encontré en una galería de arte a una mujer que había asistido a aquellas sesiones. Hablamos de diversas cosas, entre ellas de aquel fin de semana. Le expliqué que había perdido la lista con los doce cuentos y me dijo que ella había conservado la que les repartí. Al cabo de unos días me pasó una fotocopia. La lista es esta. En vez de doce cuentos ahora hay trece porque el último lo leí hace pocos años y me parece injusto que no aparezca porque es una maravilla.

»"El cobrador", de Rubem Fonseca.

»"El regimiento extraviado", de Italo Calvino.

»"Continuidad de los parques", de Julio Cortázar.

»"El último viaje del buque fantasma", de Gabriel García Márquez.

»"Todos los hombres son iguales", de Adolfo Bioy Casares.

»"Los asesinos", de Charles Bukowski.

»"El amor es ciego", de Boris Vian.

»"Instrucciones para subir una escalera", de Julio Cortázar.

»"La revolución", de Sławomir Mrożek.

»"Invasión sutil", de Pere Calders.

»"Un accidente pedestre", de Robert Coover.

»"Muchacha que cae", de Dino Buzzati.

»"The cliff" ("El acantilado"), de Charles Baxter.»

Eñe es una revista de creación literaria dedicada esencialmente al cuento. Quim Monzó (Barcelona, 1952) es un maestro de cuento, reconocido como tal en las más de veinte lenguas a las que su obra ha sido traducida.

Es el autor de clásicos contemporáneos del género como La magnitud de la tragedia (1990), El porqué de las cosas (1994), Guadalajara (1996), Ochenta y seis cuentos (libro de 2001 que reúne buena parte de sus volúmenes anteriores; Premio Nacional de Literatura de Cataluña y Premio Lletra d'Or), El mejor de los mundos (2002) y Mil cretinos (2008), por citar solo su obra traducida al castellano.

El asunto es que, desde hace tres años, Monzó también publica artículos periodísticos diariamente. Antes lo hacía con una frecuencia más espaciada, pero sus editores y lectores no pueden —suponemos— sobrellevar el mono que da no leerlo.

Los artículos de Monzó son como sus cuentos. De hecho, cada vez se parecen más a sus cuentos: piezas contenidas (en todo el sentido de esta palabra) en una rigurosa economía expresiva y que encajan perfectamente con las estructuras y técnicas canónicas del género que se enseñan en las escuelas de escritura.

El director de la también barcelonesa revista Quimera, Jaime Rodríguez Z., dice, por ejemplo, que quien lee a Monzó de manera honesta, «con la cabeza pero también con las tripas», se convierte en mayor o menor medida en un acólito, en un creyente o, como mínimo, en un defensor de su obra.

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