24.8.11

Desde hace 25 años la poesía tiene casa

El ex presidente Betancur habla del impacto de la Casa de Poesía Silva en la ciudad y en América Latina
Cuando la Casa de Poesía Silva fue rescatada arquitectónicamente para la cultura, era un inquilinato totalmente ruinoso en el centro de Bogotá. Hoy se ve así.foto.fuente:eltiempo.com

En un gesto de agradecimiento por tantas veladas inolvidables que ha propiciado la Casa de Poesía Silva en estos 25 años de existencia, el ex presidente Belisario Betancur, uno de sus fundadores, solicitará permiso esta noche, antes de empezar la conmemoración de este aniversario, a las musas y espíritus que deambulan por sus pasillos, "en especial a la señorita Elvira Silva, dueña de casa, por importunarla durante un momento, en su cotidiano pasatiempo de tocar el piano antiguo que allí reposa".

Con la anuencia de los ilustres visitantes invisibles y presentes, el ex presidente recordará anécdotas de lo que ha significado sostener durante tantos años y en medio de tantos avatares, principalmente económicos, este sueño idealista, que de no haber sido por la fuerza y la magia de la poesía no habría logrado sobrevivir hasta hoy.

Durante sus años como embajador en España, en el gobierno de Alfonso López Michelsen, Betancur entabló una estrecha amistad con el poeta español Juan Luis Panero, quien, por cierto -recuerda-, "tuvo amores con María Mercedes Carranza (fundadora y primera directora de la Casa Silva)".

En una oportunidad, Juan Luis Panero invitó a Betancur a visitar la casa de su padre, el poeta Leopoldo Panero (contemporáneo de García Lorca), ubicada en Astorga, en la provincia española de León.

"Allí nos tomamos varias botellas de vino que se conservaban con todo el añejamiento, yo creo, desde García Lorca. Comencé a ojear la biblioteca de Leopoldo, cuando su hijo me dijo: 'Por aquí debe haber, en los escritorios de papá, algunas cartas de los miembros de la Generación del 27. ¿Te interesarían?' '¡Por supuesto!', le dije. Y empezó a sacar cartas y cartas, mientras yo iba escogiendo de Vicente Aleixandre, Dámaso Alonso y Luis Cernuda, entre otros", rememora.

Esa valiosa colección, precisamente, es el regalo que entregará esta noche el ex presidente Betancur a Pedro Alejo Gómez, director de la Casa de Poesía Silva, en sus bodas de plata.

"Y hay, incluso, una carta de León Felipe, que fue, como se sabe, anterior a la Generación del 27, pero a quien se le considera simplemente como otro de los ilustres miembros de ese nuevo 'siglo de oro' que fue esa generación de poetas", anota el ex presidente, quien aprovechó para contarle a EL TIEMPO cómo fue el inicio de la Casa de Poesía Silva, que se ha convertido en un referente latinoamericano para la creación de similares en otros países.

¿Qué hizo posible el nacimiento de la Casa de Poesía Silva?

El descubrimiento de la Casa Silva como inmueble, que no como evocación literaria, lo hicieron al unísono María Mercedes Carranza y Genoveva Carrasco de Samper. Esta última era directora de la Corporación La Candelaria. Ella le habló a María Mercedes Carranza de la existencia de la casa en la calle 14, que era un inquilinato. Era una fortaleza indomable con gente que incluso no pagaba canon de arriendo y que se sentía dueña de aquella miseria. Entonces María Mercedes y Genoveva me contactaron para ayudarles a conseguir recursos para la rehabilitación. Nos pusimos a elucubrar sobre qué se debería hacer y formamos un grupo de amigos que se reunían a la topa tolondra, en cualquier lugar y hora.

¿Y cómo soñaron este lugar?

El esquema lo puso María Mercedes: simplemente se trataría de un lugar abierto al público, nunca se cobraría por entrar a ningún acto y tendría un gobierno de carácter privado, que se produciría la primera vez por iluminación del Espíritu Santo, y de allí en adelante por cooptación. Yo fui de los fundadores y con el ex presidente Alfonso López fuimos muchos años de la junta de la Casa Silva, pero ambos renunciamos en algún momento por fatiga lírica, hasta cuando Pedro Alejo Gómez, recientemente, quiso restablecernos como presidentes honorarios.

¿Le parece que la presencia de la Casa ha tenido un impacto en la ciudad y en el país?

En primer lugar, empezó por contribuir a la transformación de La Candelaria que Genoveva, como directora de la institución respectiva, había empezado con mucha tenacidad. El barrio, en general, sufrió una transmutación lírica porque la casa empezó a irradiar una especie de código de comportamiento, en las muchas y admirables universidades que hay en el sector, e incluso en las demás instituciones de carácter cultural que allí existen. Pero, además, la casa empezó a transformar las costumbres y los comportamientos estéticos de la gente de toda la ciudad, por los permanentes acontecimientos y recitales que se realizaban allí, gracias a la capacidad absorbente e inteligente de María Mercedes Carranza.

¿Cómo se logró remontar un hecho tan definitivo como la muerte de María Mercedes?

La Casa Silva y María Mercedes fueron una sola y misma cosa. De allí la dificultad posterior, cuando ella faltó, para buscar su reemplazo. Y encontramos a Pedro Alejo, que sabíamos que reflejaría, de cierta manera, los modos y comportamientos estéticos de María Mercedes.

¿Podría hablarse hoy de una generación de la Casa Silva?

Sin duda, porque en las convocatorias se iba creando una especie de común denominador de patrones de comportamiento, no en el sentido de regimentación, sino de vocación, de convocación, de interiorización y de actitud ante la poesía y ante el hecho estético. Y fue así como el espíritu de la Casa Silva era estar por encima de las denominaciones, ese estar por encima de todos los grupos era y es la única denominación que le cabe. La Casa Silva nunca pretendió hacer escuela. Y tanto no lo pretendió que en ella habitaban emocional e intelectualmente gentes como los poetas Mario Rivero, Darío Jaramillo, Juan Manuel Roca, Del Castillo o como 'Alma de la Calle', la lustrabotas.

¿Cómo se vislumbra el futuro de la casa?

Yo creo que la Casa de Poesía Silva ha venido cumpliendo una tarea pedagógica muy profunda en la perspectiva latinoamericana.
Y digo latinoamericana, que no solamente bogotana ni colombiana, porque en varios países se han creado instituciones similares, como la Casa Pérez Bonalde, de Venezuela y la Ramón López Velarde, de México. Creo que la Casa Silva debe continuar como ha venido existiendo, ojalá fortalecida en recursos y, por consiguiente, en el las actividades culturales.

Por último, ex presidente, ¿la poesía para qué?

Pues, yo no soy capaz de decirlo, pero apelo a un amigo mío llamado Gustavo Adolfo Bécquer: ¿Qué es poesía?, dices mientras clavas / en mi pupila tu pupila azul. /¿Qué es poesía? ¿Y tú me lo preguntas? / Poesía... eres tú.

Editan colección con las voces de los escritores, en la Casa de Poesía

Para celebrar este aniversario, las directivas de la Casa de Poesía Silva presentan la colección 'Voces para el tiempo', que consta de 825 discos compactos con cerca de 14.000 pistas, en las que se pueden escuchar las voces de destacados poetas colombianos y extranjeros en sus lecturas realizadas en ese recinto desde su fundación hasta la fecha. La colección viene completa, en una antología general y una antología especialmente elaborada conforme al pénsum escolar. Los recursos que se obtengan serán destinados a enriquecer la programación y actividades de la casa.
La colección se podrá adquirir en la misma Casa Silva (calle 12C No. 3-41 -antigua calle 14-. Tel.: 286-5710). En esta ocasión aparece el número 24 de la Revista Casa Silva, con una selección de las lecturas, conferencias y presentaciones del 2010.

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