19.2.12

El cuento del domingo


Charly Moreno

Nunca estuve en China


–Bueno, bueno. A ver, amigo Andrade. Entiendo que los muchachos no han sido del todo amables con usted pero no es para tanto. Tal vez el sentido de la amabilidad de acá adentro no coincide del todo con el que manejan ustedes allá afuera. Veo que le trajeron, al fin, ropa nueva. Se lo ve mucho… "mejor". Espero que no sienta demasiado apego por su camisa y su pantalón. No creo que vuelva a verlos. Como comprenderá era inútil lavarlos, ya sabe qué difíciles son de sacar las manchas de sangre. Lo sabe, ¿no? Claro que sí, por supuesto. En fin, una pena. Linda pilcha, pero hoy solo sirvió de almuerzo para el incinerador. De un momento a otro vendrá alguien a lavarle la cara un poco y seguramente un dentista para acomodarle todo lo que le aflojó el agente Ranieri. Va a tener que disculparlo Andrade, Ranieri tiene la mano algo loca y un carácter que no contribuye demasiado a su control. Hacemos lo que podemos. Cualquier cosita le volvemos a cambiar la remera. Total, de esas tenemos un montón y, perdóneme el comentario, lo familiar del mismo digo, pero la palabra Interpol en el pecho le da un poco más de onda que el polista trucho que tenía bordado en el bolsillo de la camisa. Opinión personal, claro está.

Acá me mandaron su legajo. A ver… Francisco Andrade, Pancho… cuarenta y dos años… Nacido en Avellaneda… No voy a preguntarle hincha de qué cuadro es…. Un 26 de junio, de 1970. ¡Cáncer! ¡Usted y yo nos llevaríamos bien! Un poco de humor Andrade, ¡caramba! Terminó la secundaria… ¿Estudió Derecho Andrade? Después me explicará cómo hizo para terminar en… no importa. Casado con Marta Olga López… ¿Sabe qué me dijo el agente Ranieri? ¡Qué increíbles las petunias del jardín de la casa de Andrade! Obvio que usted no tiene ningún mérito en ello, ¿o sí? Le vendría bien para ganar un poco de terreno con Ranieri. ¡Vamos hombre, ríase un poco! ¡No sea tan coqueto! ¿O me va a decir que por un par de huequitos entre los dientes no se va a reír más? Usted me quita las ganas de venir a trabajar, ¿sabe? ¿Dónde estaba? Ah sí, casado con Marta Olga López, también de cuarenta y dos años. Dos hijos: Antonio Marcelo y Claudio Paul… ¡No lo puedo creer! ¿Nació ese mismo día? ¿Y dónde vio el partido, en la sala de partos? Qué baile nos estábamos comiendo, ¿eh, Andrade? ¡Qué partido! ¡Qué Mundial! ¡Qué zocaga! En mi vida tuve un peludo como el de aquel día. San Goyco. ¡Qué poco te supimos valorar hasta ese entonces!! Así que Claudio Paul… ¡qué grande Andrade! Trabaja desde hace 15 años como jefe de planta de Fiambres Fernández, lo que le permitió acceder a una modesta casita en Wilde en donde vive en la actualidad con su familia, rodeado de hermosas petunias. Hace más o menos unos cinco años estuvo a punto de dejar a su mujer por la secretaria de su jefe, Silvia Alicia Irene Andújar, con la que vivía un desesperado romance. ¡No ponga esa cara Andrade! Si no tuviese los ojos tan hinchados diría que se le están por salir de las órbitas. Me basta esa pequeña ranurita en sus rozagantes párpados violetas para saberlo. Y bue… ya sabe cómo es el mundo Andrade, a la gente le gusta mucho hablar. Basta con pegar una patadita al suelo para que los vampiros salgan corriendo a beber la sangre seca de otro ataúd. El mundo es un circo romano, ¿ya se lo dije? ¿no? Raro. Es mi frase favorita, tarde o temprano iba a decirla. Como verá Andrade, sabemos lo de Silvia Alicia Irene ¿Cómo le decía? Espero que algo más corto y cariñoso como "Popi" o "Chichi". Igual ese no es mi problema. También sabemos lo de Clara Emilia Muñoz, empleada de limpieza del turno noche de la fábrica. Sabemos que fueron un par de tiros al aire y de bajo calibre, con lo que, esto no cuenta demasiado. Un insignificante desliz, algo que duró lo que un pelado en la nieve, sin ninguna alusión personal, Andrade, no sea paranoico. Escúcheme una cosita: hágale acordar al médico cuando venga que le revise bien ese corte de la cabeza porque no se ve nada bien, creo que le van a tener que dar un par de puntos. Tome otro pañuelo y tire ese que es un asco. ¡Tómelo, vamos, que una cosa no quita la otra! ¿Quién le puso esa cinta adhesiva en la cabeza? ¿Ranieri? Se nota. Límpiese un poco, por favor. Me impresiona el brillo de la sangre húmeda. Así que mírenmelo al Andrade ¡Qué tapadera! Casita en Wilde, mujer, dos hijos, petunias, dos amantes… ¡Dos amantes! ¡Dos! No al mismo tiempo pero dos a fin de cuentas. ¿Qué les da Andrade? Porque así a simple vista no parece muy agraciado por la naturaleza, y según los muchachos que lo recibieron a los manguerazos en el pabellón C, tampoco. Pelado, panzón, peludo, se ve demasiado común para ser un latinlover ¿Se dice así Andrade? Tal vez ése sea su principal atributo: ser un tipo común. Confieso que a veces me deja pensando un poco, Andrade. ¡Dos amantes! Unos tanto y otros tan poco. Seguro que Ranieri se cobró algo de ahí. A veces destila un poco de toda la envidia que lo corroe. Tampoco lo tiene fácil. En su casa tiene una morsa, y no le decimos exactamente así por su tamaño. ¡Ja, Ja, Ja, Ja!… vamos, ¡ríase Andrade! ¡No sea rencoroso! Solo intento demostrarle que no soy como los otros. Tal vez llegué un poco tarde pero ¿qué haría usted si le avisan que tiene un detenido en pleno hoyo 12? Además, no todos los días se puede jugar con alguien tan choto como el Secretario de Cultura. Tampoco fue tanto tiempo. El agente Marcovich es mucho más sensato que Ranieri pero no logra convencerlo de no ser tan violento. Muy complicada la vida de Ranieri. Muy complicada la vida del que se cruza con él y todo su rencor. No se toque las costillas Andrade, no teatralice, nadie se muere por un par de costillas rotas. No sea fofo y pórtese como un verdadero hombre. Ahora se le pasa. En un rato le traen el vaso de agua y el par de aspirinas que pidió. ¿Le duele la cabeza? Eso sí es realmente insoportable. Si no le digo a Ranieri que le haga un masajito y lo deja como nuevo, o a estrenar, que suena parecido pero no es lo mismo.

Bueno Andrade, después de toda esta bonita tertulia, conversemos un poco de lo que me interesa. Por acá nos tiene a todos algo desconcertados. Porque realmente la hiciste bien, ¡bribón! Perdón que lo haya tuteado, Andrade, le pido disculpas pero hay expresiones que no resisten el trato respetuoso. Bueno, usted tampoco fue muy respetuoso al dejar todo ese tendal de fiambres en una misma noche. Recorrer todos esos kilómetros, tomar un auto tras otro y seguir su macabro rail de sed de sangre. Y escapar como si nada, con toda la maldita policía dando vuelta el país, y nada, con la puta Interpol levantando cada jodida piedra del planeta para encontrarte, y nada, y resulta que el tipo aparece de la nada misma en Wilde, a las 18:06 del miércoles 5 de agosto, con dos bolsas de Carrefour en la entrada de su casa, contemplando las remilgarchas de petunias como si nada pasase!!! Bueno… de la nada no.

Ranieri y Marcovich afirman haber dado vuelta, literalmente, su casa. Roperos, cuadros, cajones, desván, sótano, baúles, bolsos, abrigos, valijas, todo, todo, todo, y no encontraron ni un rastro, ni el más mínimo rastro de nada. Para colmo, tu coartada. ¿Cómo hiciste? ¿Me explicás, por dios, cómo mierda hiciste para aparecer en todos esos videos de seguridad? ¡Y tan claramente! ¡Qué bien la hiciste laconchadetuhermana! Pensaste en todo, ¿eh? Semifinal de la copa libertadores. Partido de vuelta bien chivo. Ambiente caldeadito con la semana muy hablada por ambos lados. Viejas paternidades. Medio Avellaneda queriendo beberse la sangre de la otra mitad. ¿Cómo lo hiciste? ¡Porque el video está hecho del carajo! ¡Y estás en todas las imágenes!! Pasando los molinetes con tus pibes de la mano. Después, clarito, clarito, el momento exacto en el que te sorprende la masa de gente y tu cara desconcertada de no entender qué pito pasaba. Y, por último, la obra maestra, el momento más dramático, trágico, desgarrador, la cima de tu obra de artista. Vos, aterrado, desencajado, con los ojos abiertos casi fuera de sus órbitas, la boca abierta en el principio de un grito inhumano, con un brazo sosteniendo desesperadamente a uno de tus hijos que caía de tus hombros y tu otro hijo, Claudio Paul, volando en el aire, de tu mano, elevado por el pulso de la supervivencia, por un tirón sin escrúpulos, amenazados por esas dos manos que sobresalen entre todas las cabezas, entre la masa, empuñando pistolas que apuntan al cielo… Desgarrador. Balística confirmó que esas fueron las pistolas que dieron muerte a Mauricio Burgos y a Fernando Lires, y que hirieron a más de veintitrés personas en lo que decidieron llamar los medios en un exceso de creatividad, la noche trágica de la Libertadores. Y ahí estabas vos. En la tele. En cada noticiero de cada canal. En la primera plana de todos los diarios del país y el extranjero. En las revistas. Con tu cara desencajada y tus hijos volando por el cielo, entre las dos nueve milímetros resaltadas en círculos rojos. La imagen recorrió el mundo entero. Andrade, tu cara era la cara del terror. Lo que la prensa había buscado durante tanto tiempo. El documento vivo de lo que tantas veces era noticia, un padre llevando a sus hijos a la cancha, un padre luchando por proteger la vida de sus hijos en una balacera de otro siglo. Pero, ¡qué bien la hiciste marrano! Lo que no podemos entender es cómo. Las cintas fueron analizadas por peritos de varias partes del mundo y nadie encontró nada. ¡Nadie! ¿Quien te hizo el video? ¿Mandraque?

La verdad, Andrade, usted no deja de asombrarme. Empiezo a creer que es demasiado inteligente para nosotros. O nosotros demasiado idiotas para su inteligencia. ¡Qué olfato! En el preciso instante de la masacre, vos estás en la cancha luchando por la vida de tus hijos, con todas las remilchotas cámaras de seguridad apuntándote justo a vos. Escalofriantemente perverso. ¡Qué hijo de mil putas, Andrade! ¡Chapeau! ¡La coartada perfecta! A pesar de eso, tus huellas están en cada una de las escenas de todos los crímenes de cometiste aquella noche. ¡Porque fuiste vos, Andrade! Me importa un carajo que cuarenta millones de personas te hayan visto en cada noticiero, en cada diario, en cada portal de internet con tus hijos colgados de las pelotas. ¡Un carajo! Tengo tus huellas en todos y cada uno de los sables que tenían atravesados los cinco tipos que rebanaste en la cocina de un restaurante de Shangai. Tengo tus huellas en la M14 que destrozó a balazos a dieciséis cabezas planas en un parque, en el centro de Tianjin, y, por si eso fuese poco, manchas de sangre en tu camisa y semen del señor Andrade en el quimono de una geisha en Wuhan. ¡Vamos Andrade! ¡Estamos todos cansados! ¡Terminemos con esto así nos vamos todos a casa! ¡Me importa una mierda ese video, tus hijos y las pistolitas del orto! Mirá que Ranieri cansado es imparable y a vos no te veo mucho resto si te lo mando de nuevo. ¡Decí algo Andrade, la puta que te parió! ¡Hablá, mierda!... ¡Hablá!

– Yo…nunca….estuve…en China…



Charly Moreno (pequeña biografía no ilustrada)

Nací un 30 de julio en Madrid, España, bajo el signo de Leo, el sopor del verano y una mata de pelo negro irreverente de la que apenas queda vestigio entre la pelusa que cubre mi cráneo. Ah, el año era 1962 y hace un tiempo no parecía tan lejano como ahora. Por la profesión de mi viejo fuimos una familia muy viajada y recalé en lugares como San Sebastián, Pamplona (sí, sí, la de los locos que corren toros) y Granada donde, confieso, intenté estudiar lo menos posible, ratearme cuanto pude y dejar en claro que eso de las mudanzas no les iba a salir gratis. Allí aprendí a charlar con cualquiera de bueyes perdidos, a tomar cerveza como un vikingo y a postergar todo hasta que las cosas se cayesen por el otro lado del calendario. Estuve un año pupilo en un lugar donde mataba la soledad y los amores no correspondidos de niñas no notificadas con algunos versos de dudosas intenciones. En el año 79 empaqué todas mis cosas, me puse mi mejor cara de upite y me embarqué con mis padres y hermanos al destino que cambiaría mi vida: Buenos Aires. Acá terminé el colegio y empecé al menos dos carreras que jamás terminé. Buenos Aires y yo iniciamos una relación amor-odio en la que solo triunfó el me quedo. En el año 84 comencé a trabajar en publicidad, lo que me convirtió en publicista hasta el día de hoy. En el año 87 grabé un disco, lo que no me convirtió en mejor músico del que ya era antes ni del que fui después pero me ayudó a tener un vínculo activo en mi relación con las letras. Así que entre la música y la publicidad mantuve el alma viva y las facturas pagas. En el 98 obtuve el perdón papal por los años de convivencia con una mujer casándome con ella. Mi mujer me mostró grandes y muy buenos autores que le prometí leer algún día. Desde el año 2010 trabajo en forma independiente. Eso me permitió redescubrir el placer de escribir y la forma en que el tiempo corre cuando se desliza entre las palabras. Actualmente sueño con publicar un libro, ya que lo del hijo está cumplido y lo del árbol no plantea más complicación que la de una inversión irrelevante de tiempo.

(Continuará… )

Cuento ganador: III Concurso, El Cuento del Día

Foto. Semblanza biográfica. Texto: El cuento del día

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