9.8.12

Jairo Varela, el adiós a un ídolo de la salsa

Deja un gran legado en la salsa: 232 temas de su autoría

Jairo Varela grabó unos 60 discos. foto.fuentes:eltiempo.com,  revistaarcadia.com,elespectador.com,youtube.com

Jairo Varela murió a los 62 años, de un infarto, como estaba pronosticado. La noticia me la confirmó José Aguirre -el más grande de los arreglistas de la salsa en Colombia-, quizás el músico que más le aprendió en su vida musical. Fundador y director del Grupo Niche, la institución que llevó la salsa al mundo entero. Grabó más de 60 producciones. Perfil de Jairo Varela.

'Primero y qué' fue su primer disco en modalidad de 45 rpm. 'Al pasito' fue el primer elepé grabado por Discos Daro. A pesar de esa grabación, Varela siempre sostuvo que el Grupo Niche se había creado formalmente en 1981, con el fin de ir a una gira a Estados Unidos para tocar en el Madison Square Garden, por una gestión de Larry Landa.

El grupo surgió del encuentro de Jairo Varela y Alexis Lozano por medio del tresero Ostwald Serna Arriaga, en un septimazo bogotano, en 1978. Sus primeras presentaciones fueron en la Casa Folclórica, La Teja Corrida y Ramón Antigua.  Murió el músico Jairo Varela, alma del legendario Grupo Niche).

Jairo Varela entendió que su futuro era Cali y se trasladó a la capital de la salsa cuando ya había grabado Mi mamá me ha dicho y Buenaventura y Caney, donde se reconoce su impronta como corista. Álvaro del Castillo era la primera voz del grupo. Varela se dio el lujo de crear dos himnos musicales: Cali pachanguero y Mi Valle del Cauca.


Cuando Varela cumplió 60 años, le hice un reportaje y comenté con él el tema de la muerte: "No le tengo miedo a la muerte, sino al momento de la muerte. Hace rato repito una frase que no sé de quién es y dice así: 'Lucho todos los días contra la vida porque, el día que me enfrente a la muerte, sé que la llevo perdida' ".(Vea las mejores imágenes de 30 años del grupo Niche)

Estos últimos años, sin disquera, Jairo Varela trató de adaptarse al sistema de componer temas para lanzarlos uno por uno. Vivía encerrado en su estudio. Cuando le dio el infarto hace tres años, una eminente cardióloga que lo recibió en la clínica me dijo: "Usted, que tiene cercanía con el maestro Varela, dígale que debe acoger nuestras indicaciones, ponerse dos stents (unos dispositivos para corregir la obstrucción) más en unos meses, no fumar y acabar su vida sedentaria". Solo aceptó no fumar y siguió en las mismas, encerrado, para hacer temas como Un día después, interpretado por Elvis Magno, dedicado a Cartagena.

Desde septiembre del 2008 escribía un libro, titulado Luces negras, donde cuenta la historia de un niño, Pirringo, y que se desarrolla en Pizarro (Chocó). A raíz de la violencia paramilitar, su familia se traslada a Buenaventura y posteriormente vienen a vivir a Cali, en el distrito de Aguablanca. Arrancó con toda la inspiración, recuperando ese español antiguo que perdura en los ancestros negros. La producción del sencillo había cortado su inspiración. "El problema es que tengo la molleja cerrada, me faltan unos tres capítulos, pero ya están terminados once". Varela quizás no lo terminó, era perfeccionista y todo se le enredaba en el camino.

Hace doce años, desde la experiencia de la cárcel, en la cual permaneció tres años, grabó una producción titulada A prueba de fuego, interpretada por Willy García y con arreglos de José Aguirre. Hoy, en las barriadas de Cali y en las discotecas de la salsa dura, es el tema que más se oye de Varela. Su letra es absolutamente vigente: "De qué valió, me pregunto yo, mi bandera y mi emblema, si yo soy parte de la solución, no del problema".

Varela fue capturado en 1995, al regreso de una gira por Estados Unidos, acusado de testaferrato y enriquecimiento ilícito por recibos de pagos de la cuenta de una hermana de Miguel Rodríguez, que correspondían a las presentaciones del Grupo Niche en la Caseta Carnaval del Norte, donde también se presentaron Oscar de León, El Gran Combo de Puerto Rico, Sergio Vargas y todas las agrupaciones salseras y merengueras del momento. Varela salió lastimado; la cárcel, la definió como "un cementerio de hombres vivos". Después, se fue a vivir seis años a Miami, con su familia y su orquesta. Hasta que decidió regresar a Cali, porque todo es "cuestión de pandebono".

El 3 de septiembre de 2007, Jairo Varela tuvo que ser intervenido en la Clínica Imbanaco, porque tenía dos arterias obstruidas. Le pusieron dos stents. Uno de los médicos determinó que todo era producto de tres problemas: Varela no creía en la medicina tradicional, sino en tratamientos alternativos o en medicamentos que aprendió desde niño.

Cuando tenía 8 años, su madre, Teresa de Jesús Martínez Arce, una gran escritora del Pacífico, haciendo un gran esfuerzo económico le regaló una guitarra porque creía que su hijo tendría que ser músico. Varela creó su primer grupo musical, llamado La Timba, en su natal Quibdó, con un formato musical de dulzaina, bongó, maracas y guiro. Sus primeros temas fueron Difícil y Atrato viejo. Mi pueblo natal, que grabó muchos años después, es una versión de este primer tema. Empírico, sin formación académica, Varela se despertaba en los amaneceres y grababa las letras que soñaba. Luego, con el paso del tiempo, aprendió a tocar una gran parte de los instrumentos fundamentales, sobre todo los de percusión. En tarima, aprendió a dirigir como Benny Moré, con el cuerpo y con el movimiento de sus manos, incluso de su cara.

La era caleña

Aunque Niche nació en Bogotá, se instaló en Cali. "A Cali le debo todo lo que soy y lo que llegaré a hacer". Por eso, explicaba que el salto a la fama lo dio cuando grabó Cali pachanguero.

Hablaba de cine, música, fútbol, y seguía la liga de baloncesto de Estados Unidos. Era hincha reconocido del América. Por su estudio pasaron músicos muy importantes, como Tito Gómez, el gran cantante de Niche ya fallecido.

El 27 de diciembre de 1996, en un superconcierto, cuando Jairo Varela salió de la cárcel, 50.000 personas gritaron "¡Jairo, Jairo, Jairo!". Él lloró en la tarima, se arrodilló y agradeció a la ciudad que tanto lo quiere. Sus canciones son reconocidas en todo el mundo: Gotas de lluvia, Ana Milé, La canoa ranchá, Busca por dentro, Buenaventura y Caney, Cali pachanguero, Mi Valle del Cauca, La magia de tus besos, La negra no quiere, Han cogido la cosa, y Cali ají, entre otras.


Trató de compilar una nueva producción llamada 'Grupo Niche, segunda generación', en la que destacó a nuevos cantantes, como Elvis Magno. Jairo nos decía: "Con estos cambios trato de repensar un Grupo Niche para la juventud". Quería regrabar dos canciones más: Madrid y toros y Robando sueños.


Conocí a Varela la primera vez que tocó en Cali, en El Escondite, y después en El Abuelo Pachanguero, apoyado por Manolo Solarte y Humberto Corredor. Compartí con él su camino a la fama y después, el infame carcelazo. A la cárcel del Buen Pastor iba tres veces en la semana a visitar a tres amigos: Jairo Varela, Mario Alfonso Escobar y Armando Holguín Sarria. Quizás he sido la persona que más lo entrevistó: son siete reportajes que le hice desde que era joven hasta los días previos a cumplir 60 años. Muchas veces discutimos. Era terco. Ahora que escribo sobre su muerte, siento que se ha marchado un gran amigo y un músico excepcional.

Cali debe convertir su estudio en un museo, hacer un gran busto, declarar Cali Pachanguero como himno de la ciudad y Mi valle del Cauca como himno del departamento. Además, la estación del MÍO al frente de su estudio se debe llamar Jairo Varela.

Jairo, en este momento, va en busca de sí mismo. Busca por dentro. Recordando a la Sonora Matancera y a Cortijo. Llevando el recuerdo de sus hijos y de Damaris. Con el amor de Cali, ciudad que lo amó como nadie. Ojalá su recuerdo se conserve igual o mejor, como un ídolo.
Un infarto acabó con su vida
Este miércoles en la mañana, Jairo Varela se encontraba en su apartamento, en el edificio Guana Cast, en el barrio Tequendama, en sur de Cali.


Uno de sus hijos había estado con él y luego salió a hacer unas vueltas de Varela.

Lo dejó dedicado a terminar su novela costumbrista sobre el Chocó, a lo que se dedicaba todas las mañanas, por lo que pedía no ser molestado, pero su empleada se preocupó porque nunca la llamó para que le sirviera el desayuno, así que decidió comunicarse con los familiares del músico, que lo encontraron en el baño del apartamento, ya sin vida.

En las zonas cercanas y como un homenaje al compositor y músico, se empezó a oír 'Cali pachanguero': "Cali, luz de un nuevo cielo. De romántica luna, el lucero que es lleno, de mirar en tu valle la mujer que yo quiero..."



El compositor y arreglista Jairo Varela se encargó de internacionalizar la salsa colombiana.  / Archivo El Espectador  
El compositor y arreglista Jairo Varela se encargó de internacionalizar la salsa colombiana. / Archivo El Espectador
 
A Jairo Varela le hicieron mil homenajes. Seguramente tendrían que haber sido muchos más, por su aporte a la música y por ponerle el apellido criollo a un estilo que se escuchaba en el territorio nacional, pero cuya producción interior era casi nula. Sin embargo, en su memoria, y así lo manifestó hace un par de años, uno de los más significativos fue el que le hizo su compatriota Yuri Buenaventura durante la celebración del Bicentenario de la Independencia.
En ese momento, el salsero colombiano, radicado desde hace varias temporadas en Francia, realizó un recorrido por los temas más importantes del Grupo Niche. Antes de comenzar a cantar, casi con lágrimas recorriéndole el rostro, comentó que esperaba estar a la altura del compromiso que tenía de imprimirle su voz a esas canciones que resumen la cotidianidad de una región y el sentimiento colectivo de un país.
Tenía razón Buenaventura al sentir tal emoción, y también tenía razón Varela al dejarse conmover porque, al parecer, ni él mismo se había dado cuenta de lo que representaban sus composiciones para el pueblo colombiano hasta ese día, cuando fue uno de los maestro homenajeados durante una extensa jornada musical.
Ni el hecho de haber puesto a su natal Quibdó, Chocó, en el espectro mundial como cuna de compositores de casta, ni la misma condición de liderazgo que lo llevó a estar al frente de La Timba, su primera agrupación, y del Grupo Niche, su colectivo de siempre, fueron prueba suficiente para que él confirmara su relevancia artística.
A finales de la década de los ochenta, cuando Colombia tenía la cabeza puesta en otros sonidos, Varela creó, diseñó y publicó el trabajo Me huele a matrimonio, con el que el grupo, una suerte de big band de los ritmos latinos, comenzó con pie derecho su historia dentro del mercado discográfico. Lo que vino después fue el resultado de una gesta musical impresionante que incluye nombres como Sutil y contundente, Llegando al 100%, Huellas del pasado y Cielo de tambores, un registro que marcó el rumbo de lo que se escuchaba en el mundo en materia de salsa.
Ese álbum incluso estuvo en el listado de los diez discos más importantes en la historia de la música popular colombiana. Sin embargo, Jairo Valera tampoco se creyó el cuento y siguió haciendo, como dice una de sus creaciones, lo que le indicaba el corazón.
Con ese sonido fuerte, arriba, con la campana inconfundible del Grupo Niche, Colombia casi que debutó en el Madison Square Garden y fue protagonista en la película Salsa, en la que aparecían las figuras más importantes del firmamento salsero. El país estuvo ahí, de la mano de Jairo Varela, marcando como siempre la pauta de las posibilidades de la música latina.
Después, el sonido del Grupo Niche cambió, se volvió más acompasado, lo que fue una respuesta a un movimiento musical que intentaba conquistar los oídos femeninos, luego de tener en el bolsillo al público masculino. Eso no sólo pasó con la agrupación caleña, fue un fenómeno general que se mantiene hasta la actualidad.
Jairo Varela es el retrato de buena parte de las manifestaciones sonoras de la actualidad. Él fue el Grupo Niche, contó con los mejores cantantes (Tito Gómez, Charlie Cardona, Javier Vásquez y Willie García, entre muchos otros). Pero lo vital en este experimento no eran los que se paraban al frente, lo realmente importante era el proceso de concepción, y en ese laboratorio el único que tenía la fórmula era él. De ahí que Guayacán, Son de Cali, Calambuco, La 33 y muchas agrupaciones más tengan que hacer salsa mirando en el retrovisor a Jairo Varela.
“No le tengo miedo a la muerte, sino al momento de la muerte. Hace rato repito una frase que no sé de quién es y dice: ‘Lucho todos los días contra la vida porque el día que me enfrente a la muerte, sé que la llevo perdida’”, comentó Varela a la revista Don Juan. El momento llegó en el baño de su apartamento, en el sur de Cali. Las investigaciones hablan de un infarto, y mientras se determinan las causas de su deceso, el espíritu de Varela hace una fiesta en su cielo de tambores.

Reacciones

‘‘Es una noticia muy triste para la música. Deja un legado increíble, una salsa con una identidad total, con un sello muy personal. Un sonido que se nos quedó”.

Ricardo Bustos,  director de la orquesta Los Alfa 8.

‘‘Es lamentable el fallecimiento de nuestro compañero, colega y gestor de la salsa colombiana. Para el país es una pérdida enorme. Un hombre que hizo su música para toda la vida”.

Fruko, músico.

‘‘Un hombre muy talentoso, con un trabajo disciplinado. Creó todo un estilo con sus composiciones, con el sonido de su orquesta”.

César Pagano,  melómano.

‘‘Jairo Varela era un compositor sin igual. Logró poner muy en alto el nombre de Cali y de la salsa en el contexto nacional e internacional. Una pérdida muy grande”.


Mariana Garcés,  ministra de Cultura.

Yuri Buenaventura
Cantante de salsa
"Puso a Colombia en el escenario musical mundial. Ni Pacho Galán ni Joe Arroyo han hecho lo que hizo Niche".
Nino Caicedo
Compositor de Guayacán
"Se va uno de los grandes inspiradores de la salsa. A la música le hará mucha falta su talento".
Hugo Candelario
Músico y director del grupo Bahía
"Cuando daba indicaciones musicales, parecía frío e insensible, pero solo enseñaba: era un maestro".
Iván Benavides
Músico, productor y compositor
"Logró una apropiación local e internacional de la salsa e hizo que algunas de sus canciones fueran himnos".

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