19.1.13

La condena del comisario Ricciardi

Un comisario partido por el dolor, irreverente, que no puede evitar revolverse ante la burocracia  

Maurizio de Giovanni, creador del comisario Ricciardi./elpais.com/blog/elemental

Hoy presentamos a un hombre solitario y melancólico entregado en cuerpo y alma a la resolución de sus casos. Un buscador impenitente de la verdad que se siente solo y vacío cuando la encuentra. Un monje del misterio. Un comisario partido por el dolor, irreverente, que no puede evitar revolverse ante la burocracia y el enchufismo de la época de Mussolini. Un rico de cuna al que le da igual el dinero, torturado por el don que le hace diferente. Un hombre que entiende a los muertos pero enmudece ante la mujer de su vida. Se trata del comisario Ricciardi, creado por el italiano Maurizio de Giovanni, del que Lumen acaba de publicar su tercera novela en España, El verano del Comisario Ricciardi. Hablamos con el autor, que nos desvela algunas de las claves de su particular universo y su visión de la vida y la novela negra.
“Ahora se encontraba con él frente a frente: sin sombrero, un mechón de cabello negro cayéndole sobre la nariz afilada. Las manos en el bolsillo del sobretodo que, a pesar del calor, no se había quitado. Y los ojos: verdes, casi transparentes. Apenas pestañeaba, la frente ligeramente arrugada. Soledad y dolor, pero también ironía”.

Así presenta De Giovanni a su personaje en el Invierno del Comisario Ricciardi, la primera de las tres novelas publicadas hasta ahora en España por Lumen. Y lo hace a través de los ojos de un cura, de un tercero, siempre otro que se inmiscuye entre el escritor y el personaje para presentar al comisario. Es una constante: Ricciardi siempre es visto por otros que lo adoran o detestan pero que lo necesitan. El personaje va ganando con cada novela, la prosa se mantiene en todas a un alto nivel (aunque no me gusta cómo resuelve la segunda) y el conjunto alcanza su mejor momento en la última. El estilo es preciso con un ritmo y una cadencia tranquila, se podría decir napolitana, en homenaje a la ciudad donde vive Ricciardi y que no deja de ser, como el mítico café Gambrinus, otro personaje de las novelas.
Vamos con la entrevista no sin antes agradecer a la gran periodista y amiga Lucia Magi sus labores de traducción. No habría sido posible sin ella. Gracias. La foto es de CARLES RIBAS. Gracias también.

Ricciardi dice en una ocasión que "La gente es igual en todas partes. Mismas pasiones, mismos delitos". ¿Está de acuerdo?
Esto era verdad en la época de Ricciardi, cuando la tragedia de la Segunda Guerra Mundial no había aún quitado la inocencia al viejo mundo europeo. Las lógicas de la supervivencia, de la macroeconomía y las mafias han torcido la vida, creando nuevas perspectivas y arrancando a las personas su identidad cívica y su abanico de valores comunes. Hoy no volvería a decir aquella frase.
Ricciardi es solitario, un hombre triste, condenado por 'el Asunto' (esa posibilidad de ver a los muertos y sentirlos allí donde perecieron), por su capacidad secreta, entregado a su trabajo, un personaje muy interesante ¿De dónde surge la idea de hacer un personaje tan original?
Ricciardi y su característica principal, la de ver a los muertos mientras se separan de la vida, tienen un origen casual. La idea se me ocurrió por una niña que, mirando hacia dentro del local donde se desarrollaba un concurso literario en el que participaba, me sacó la lengua. Sólo yo la vi. Por eso me puse a pensar en cómo de distintas pueden ser las percepciones y cuánto determinan la vida de cada uno. Un hombre como Ricciardi que percibe lo que oye está condenado a la soledad y a la lejanía de los sentimientos y de las emociones. No puede alejarse por completo, por supuesto, porque sigue siendo humano.

Por otro lado, el comisario comparte con otros grandes detectives de la novela contemporánea como Bernie Gunther, Harry Bosch o John Rebus su desprecio absoluto a la autoridad. Sus ataques verbales a elementos del régimen de Mussolini o a sus jefes son memorables. ¿Es imposible crear un detective atractivo que sea un 'perro del poder'?
La oposición a la autoridad no estaba programada, ni tiene raíces en la disidencia política. Simplemente Ricciardi no puede sufrir la burocracia, los tiempos largos de los trámites y sobre todo las cuestiones de conveniencia (oportunidad), a los enchufes que imponen atención y cautelas. El comisario es un mastín, un policía testarudo y de fuerte voluntad que no tiene grandes intuiciones, pero que no tira la toalla hasta que no soluciona el caso, creando un provisional y transitorio orden en las cosas. No creo que sea un rasgo fundamental, ni de particular interés, pero sin duda es difìcil otorgarle algo de fascinación a un burócrata gris y correcto.

A pesar de lo apasionante del personaje, deja que sean otros los que le describan y, en ciertas ocasiones, los que adopten el protagonismo. ¿No es tentador hacer una novela donde adquiera el protagonismo absoluto?
Me gusta la idea de una novela de Ricciardi escrita en primera persona. Sería como entrar en una habitación inmensa, llena de objetos sin forma, con una vela en la mano. En realidad creo que Ricciardi es simplemente un vehículo que utilizo para cruzar una época y una ciudad llenas de contradicciones, aún más de las actuales, entre luces y sombras, con personajes nunca o buenos o malos, ni inocentes ni culpables, un mundo no maniqueo.

El comisario Ricciardi empieza en un cuento pero tras su éxito empezó con las novelas. ¿A qué se debió? ¿Lo tenía pensado antes de que el cuento triunfase? ¿Concibió al comisario desde el principio como un personaje de largo recorrido?
Tengo que confesar que el éxito de Ricciardi me cogió de imprevisto desde el principio. Casi tenía 50 años y no pensaba en dedicarme a la literatura ni de lejos, estaba muy satisfecho con mi actividad (soy empleado en un banco) y mi hobby siempre fue leer. Creo que el éxito de mi personaje y del mundo que le rodea está en el hecho de que nada en mis historias está programado. Lo que planifico y preparo es, por supuesto, el homicidio y la investigación, pero por lo demás dejo ir a los protagonistas por el camino que prefieren.

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Hablando del recorrido del protagonista. En El verano del comisario Ricciardi se dejan abiertas varias vías argumentales, sobre todo en los aspectos más personales del  personaje ¿Está preparando más novelas? ¿Ha pensado en el final del comisario?
El ciclo de Ricciardi, en mis planes, debería ser ocho novelas: un primer grupo, situado en las estaciones del 1931 y un segundo que sigue las fiestas principales del 1932. En Italia hasta ahora salieron seis novelas (tres en España, la última esta semana) con un seguimiento entre los lectores que ha ido creciendo con cada una.En las novelas las historias personales tienen su evolución, ampliándose y desarrollándose según las pasiones generadas por encuentros y separaciones. Soy yo el primero que está ansioso por saber dónde va a acabar todo esto.

Ha dicho en alguna ocasión que una de las razones para situar las novelas en la Italia de los años 30 es que eso le evita lidiar con CSI, técnicas hiperdesarrolladas, forenses todopoderosos... Sin embargo, ahora va a publicar novelas ambientadas en la actualidad. ¿Por qué ese cambio?
Cuando se me ocurrió una novela en la Nápoles contemporanea ( Il metodo del Coccodrillo, que serà publicado en España este año por Mondadori) me parecía raro y peligroso meterme en un mundo que no conocía, en parte por mi tirria hacia la parte científica de las investigaciones policiales. Después, mientras construía la historia, he descubierto que la realidad es muy distinta de lo que vemos en las pelis o en las series, y que el trabajo de la policía sigue siendo muy cercano a las pasiones y a los sentimientos, que se cuentan en las novelas de Ricciardi.

¿Cómo explica el éxito de la novela negra en todo el mundo? ¿Es el género que mejor define a la sociedad actual? ¿A qué cree que se debe la moda de la novela negra nórdica?
La novela negra no tiene miedo de meter las manos en el barro y de manosear y se refiere al lado oscuro que existe en el alma de todos nosotros. Aquel "algo" que hace que los programas de televisión que reconstruyen crímenes sean entre los mas vistos, o que crea colas de curiosos en el carril opuesto cuando hay un accidente mortal, que lleva al formarse de una muchedumbre en el escenario de un suicidio. El crimen, la muerte violenta, tienen una fascinación perversa que captura los ojos y la mente, anula todo lo demás. Ademas la negra, es la unica literatura verdaderamente social, la que no da juicios y se limita a mirar la realidad así como es, sin adornos irreales. la del norte creo que gusta porque proponen una realidad no muy conocida y fascinante, que estamos acostumbrados a imaginar perfecta y ordenada. Descubrir que tras la fachada linda y limpia existe el mismo odio y muerte que existe en otros sitios, quizás sea un alivio.

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