24.4.13

Ernesto Cardenal inaugura en Nicaragua la feria del libro en un centro comercial

El poeta nicaragüense Ernesto Cardenal inauguró hoy una feria del libro en un centro comercial de Managua con el fin de promover la lectura entre la gente que va de compras, en el Día Internacional del Libro

Ernesto Cardenal, promotor de nuevos lectores con su poesía./pasito.com

Cardenal, de 88 años y Premio Reina Sofía 2012 de Poesía Iberoamericana, atrajo a los visitantes del centro de compras, quienes se acercaron con sus libros buscando su autógrafo, luego de ser animados por el poeta a interesarse por la literatura.
"El objetivo de la actividad fue promover la literatura en ambientes no tradicionales en donde la gente va a comprar ropa, zapatos o cualquier otra cosa, pero no piensa en buscar un libro", explicó a Efe el portavoz del Centro Nicaragüense de Escritores, Miztle Mejía.
El día fue inédito en el centro comercial. Además de Cardenal, llegaron otros escritores noveles nicaragüenses como Manuel Ortega, Anastasio Lobo, Fátima Villalta, José Adiac Montoya y Carlos Castro, subrayó Mejía.
Además, una veintena de personas aprovechó los micrófonos abiertos para leer sus escritos. "La gente se mostró muy entusiasmada", aseguró Mejía.
El autor nicaragüense Alfredo Sánchez amenizó al público con el microrrelato, elaborando una historia a partir de las opiniones nacidas de un tema en las redes sociales.
Ernesto Cardenal (Granada, Nicaragua 1925), fue ministro de Cultura durante el primer gobierno sandinista (1979-1990), es autor de "Epigramas" y "Oración por Marilyn Monroe", entre otras obras.
Sacerdote católico, escritor y escultor, es uno de los más destacados religiosos de la teología de la liberación y ha merecido varios premios internacionales, y este año se le dedicó en su honor el Festival Internacional de Poesía de Granada (Nicaragua).
El poeta participó en la lucha contra la dictadura de los Somoza y fue militante hasta 1995 del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), actualmente en el poder, del que está distanciado.
Siendo ministro de Cultura recibió la amonestación pública del fallecido papa Juan Pablo II, en marzo de 1983, cuando éste visitó Nicaragua, por mezclar la religión con la revolución sandinista.

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