25.6.13

Díaz: "En los Estados Unidos hoy te aplauden como artista y mañana te patean"

Estos diecinueve cuentos y una novela, en realidad, están conectados por su temática –la experiencia del inmigrante dominicano en el noreste estadounidense, principalmente Nueva Jersey– y por un personaje, Yunior, que atraviesa toda la narrativa 

Escritor entre dos mundos. Junot Díaz nació en República Dominicana pero creció en Nueva Jersey./ Revista Ñ
Lentamente, Junot Díaz está construyendo un mundo. Ha publicado tres libros nomás: Los boys (1996) tiene 10 cuentos; La maravillosa vida breve de Oscar Wao (2007) es una saga familiar de emigrantes dominicanos en los Estados Unidos y su historia previa bajo la dictadura de Trujillo; y su más reciente libro, Así es como la pierdes (2012), tiene 9 cuentos. Pero estos 19 cuentos y una novela, en realidad, están conectados por su temática –la experiencia del inmigrante dominicano en el noreste estadounidense, principalmente Nueva Jersey– y por un personaje, Yunior, que atraviesa toda la narrativa. Aunque Díaz escribe lento, ya está claro que lo que está contando tiene las características de una saga. Entonces, no es justo decir que ha escrito tres libros “nomás”. En realidad lo que ha estado haciendo es escribir un gran libro por entregas. Este “libro” de Díaz (que, como los demás, escribió en inglés) le ha valido las más altas condecoraciones del establishment literario de los Estados Unidos: un Pulitzer, un doctorado honorario de la Universidad de Brown, un lugar en el comité que otorga el premio Pulitzer, y –recientemente– la codiciada beca MacArthur, llamada “la beca para genios”, que regala, sin obligación alguna, medio millón de dólares en cinco años para que el beneficiario siga con su labor creativa sin presiones externas. En la entrevista oficial de esta beca Díaz dijo, “Estoy obsesionado con la República Dominicana. Con su historia, con sus diásporas y con sus comunidades. Siento que si tengo un tema, si tengo un proyecto, pareciera ser un proyecto sobre la República Dominicana y su diáspora filtrada por las sensibilidades del centro de Nueva Jersey en los años 80. Mi personaje central es Yunior. Y mis libros son sobre él y su familia, su viaje…” Ayer por la mañana –en ocasión de la edición de su nuevo libro en castellano– hablamos con Junot Díaz por teléfono. Te encara inmediatamente como si fueras un colega o amigo. Te dice “tigre”, te dice “man”. Se explaya en extenso, con gusto y sin apuro. Esta es una porción de esa conversación.
–En el primer cuento un personaje dice que si se queda mucho tiempo en un hotel de lujo en la República Dominicana perderá su “pase al ghetto” ¿Teme que le puede haber pasado eso al tener tanto éxito en el establisment literario estadounidense?
–Uno nunca tiene un ghetto pass . Yo no creo en esa vaina del dominicano pobre auténtico. Esa pregunta la veo de esta manera: como escritor yo he tenido 17 años de carrera. Y viví 11 años escribiendo una novela y durante esos 11 años a nadie le importaba lo que estaba haciendo. Cuando Oscar Wao salió como novela, yo te digo, man , las reseñas eran malísimas o indiferentes. No vendí casi ningún libro. Sólo lo compraron los nerds dominicanos y algunos maestros. Entonces, ¿cómo entiendo que por ahora me están dando muchos aplausos? Ahora algunas personas están diciendo: ¡Coño, que trabajo bien hecho! Pero, espera mañana. Porque en este país, es una cosa diferente ser artista que ser otra cosa. También es una cosa diferente ser una persona de color que ser un blanco. En los Estados Unidos hoy te aplauden como artista y mañana nada… te dan la patada de una vez. Si mañana tienen otra droga, olvídate… El aplauso de hoy no vale nada mañana. Lo único que va a valer mañana es tu obra.
–Esta colección de cuentos se puede leer, también, como una novela. Casi es una novela, ya que Yunior aparece en casi todos los cuentos y tiene una desenlace… ¿Es correcta esta lectura?
–Eso fue el plan. Porque me encanta ese juego. Ese juego en que el lector tiene que hacer un trabajo. La primera tarea del lector es decidir de qué género es el libro. A mí me encanta que los lectores participen en la construcción del libro. Este esta construido como un libro de cuentos pero es más complicado que eso…
–¿Como coexisten su deseo de seguir escribiendo sobre Yunior y su ambición de escribir una novela de ciencia ficción?
–Ah tigre, ¿qué sé yo? Es que yo escribo tan lento, man . Si yo fuera otro yo ya hubiera escrito estos libros. Pero yo creo que al paso que tengo, a mí no me quedan más me queda dos libros adentro. Vamos a ver. No sé si me va dar chances, si me va dar tiempo, para escribir un libro de ciencia ficción y otro libro sobre Yunior. Ojala que sí, pero uno nunca sabe.
–¿Puedes disfrutar de escribir aun sin publicar? ¿Lo que escribe y no publica le da tanta satisfacción y vale tanto como lo que se termina publicando?
–Creo que el arte, como la vida, demanda testigos. Yo no necesito que algo se publique en el New Yorker. Yo no necesito que se publique en un libro. Puede ser por Internet. Pero claro que uno quiere un testigo, que uno quiere entrar en conversación. Así es como lo veo. Es como una conversación, man . Y, wow, si uno no tiene un interlocutor, entonces para mí no vale la pena.

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