5.2.15

Los editores españoles lanzan un SOS

El sector plantea al Gobierno un Plan de Fomento del Libro y la Lectura para frenar la caída "Es uno de los fracasos de la democracia”, dice su nuevo presidente
 Una librería de Madrid cerrada por la crisis. / Cristobal Manuel./elpais.com

El ecosistema del mundo del libro en España está en riesgo, y con él el futuro de la principal industria cultural del país. Para intentar cambiar ese destino, la Federación de Gremios de Editores de España (FGEE) y demás grupos del sector (libreros, distribuidores e industria gráfica) propondrán al Gobierno un Plan Integral de Fomento del Libro y de la Lectura. Será en las próximas semanas y con petición de urgencia.
Este verdadero SOS del sector surge frente a la inacción o acción deficiente de los diferentes gobiernos ante la falta de políticas adecuadas en educación y fomento de la lectura, el equivocado enfoque más comercial que cultural del propio sector editorial y cierta apatía de la sociedad frente al libro. “No queremos un plan cosmético, sino integral. No queremos solo una campaña en televisión que diga ‘Leer es sano para el cerebro’. Debe ser algo más serio, permanente y acorde a los tiempos de lo analógico y lo digital”, reclama Daniel Fernández, nuevo presidente de la FGEE, en una entrevista con este diario.
“Este es uno de los fracasos de la democracia. Nuestros hábitos de lectura no han crecido de la misma manera que lo han hecho nuestra riqueza y desarrollo”, se lamenta Fernández. Ante este panorama, en el séptimo año de crisis y reconversión del sector, advierte: “Sin el ánimo de ser nacionalistas, si no defendemos el territorio en lo que somos líderes, estamos condenados a ser colonizados cultural e ideológicamente”.
La petición del plan de lectura busca cambiar unos números que empujan al sector al abismo:
- 300 millones de euros es lo que se dejaría de estar percibiendo, cada año, por la piratería.
- 14,1 euros es el precio medio de un libro, frente a los 12,72 de hace diez años.
- 3.223 es la tirada media de ejemplares por cada título, mucho menor que hace unos años.
El libro es la primera industria cultural de España. Aporta el 0,7% del Producto Interior Bruto (PIB), con 2.700 millones de euros en 2013 (todas las industrias culturales del país representan el 3,7% del PIB y el 2,6% del empleo). Por eso, el sector no entiende, como ya dijera el presidente de la FGEE, que solo reciban “migajas, cuando no el desprecio del Gobierno”. La intención es que se ponga en valor la mayor industria cultural del país, “y que la sociedad tome conciencia del respeto al libro y se convierta en el centro del conocimiento, la cultura y el ocio, estrechamente vinculados a la educación y el progreso humano”. La sensación es que se ha pasado de casi un analfabetismo funcional al ordenador, dejando el libro por el medio: “Hemos pasado del burro al ave, no leíamos en burro y no mucho en ave”.

EL FUTURO. ¿En manos ajenas y en bancarrota?

Para no ser colonizados cultural e ideológicamente, Fernández considera clave mantener la posición de liderazgo cultural en España y del libro en América Latina, que ha amortiguado el retroceso, e incluso ampliar a otros mercados. Para lograrlo, dice, debe haber empresas fuertes, dinámicas y con capacidad para responder a las demandas de los lectores. Pero, advierte: “O cambia la actitud de los poderes y administraciones públicas con respecto a la lectura y el libro, o vamos a ser más pequeños y a arriesgarnos a una bancarrota relativa. O a que también este sector pase a estar controlado por bancos de inversión foráneos o grandes grupos multimedia no precisamente de aquí”.

LA LECTURA. Centro del progreso

El 65% de los españoles que no lee o lo hace a veces argumenta que no le gusta, no le interesa o no lo hace por falta de tiempo, revela la reciente encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS). Pese a que la oferta de títulos supera el medio millón.
La propuesta para recuperar el valor del libro incluye actualizar la enseñanza en las aulas, convertir la lectura en algo transversal a todas las materias, preparar a los profesores, recuperar las bibliotecas escolares y contribuir a la supervivencia del tejido de librerías, y también un refuerzo de la lucha contra la piratería. Sobre los libros de texto, la FGEE pide que se devuelva la ayuda a las familias y se retome la compra para bibliotecas públicas.
Cuando el informe PISA dice que los chicos españoles no tienen buena comprensión lectora, ni capacidad de expresión oral o escrita, lo que está diciendo, aclara Fernández, es que hay un déficit de lectura básico: “El futuro de los países se juega en la educación y la capacidad de los editores y de los lectores van intrínsecamente unidos”.

LA INDUSTRIA. Mea culpa del sector

Hasta 2008 se vendían muchos libros: 3.739 millones de euros en facturación, mientras que en 2013 fueron 2.500 millones, lo cual devuelve a la industria a cifras de hace dos décadas. Daniel Fernández admite que pudo haber una burbuja editorial y que poco se hizo para fomentar la verdadera lectura: “Esto no es solo un negocio, debe tener además valores culturales”.

EL PRECIO. Más caras otras formas de ocio

En 2005, en plena euforia de la bonanza económica, el precio medio del libro era de 12,72 euros. Hoy es de 14,6 euros. Es uno de los renglones que menos se ha visto afectado. Han desaparecido empresas, se han reducido las plantillas o se han bajado los porcentajes a los autores mientras el precio de la obra ha aumentado. “No son caros, y en comparación con lo que gastamos en otras formas de ocio tiene un buen precio”, defiende el presidente de los editores. El sector del libro, a diferencia de otros, no es subvencionado. Las subvenciones apenas representan un 1% de la facturación.

LO DIGITAL. Política educativa

El libro electrónico es de lo poco que ha crecido en facturación. Sobrepasa los 80 millones de euros anuales, es decir el 3,7% del total de venta obras en todos los formatos. Los que triunfan en digital son el texto no universitario y el de Ciencias sociales y humanas, que representa el 58% de ventas, mientras la literatura logra el 17,8%. Se trata de un área de lento pero continuado crecimiento. Cada nuevo título se ofrece, prácticamente, de manera simultánea en papel y digital y las editoriales no paran de digitalizar su catálogo. La oferta en este formato alcanza ya los 122.000 títulos.
Es el mundo dual. De ahí que el Gobierno deba tener lo digital como una política educativa y preparar a la sociedad, opina Fernández. Lo primero, añade, es la necesidad de adaptar la enseñanza a los nuevos tiempos. No se trata, por tanto, dice, de una mera dotación de herramientas tecnológicas sino que debe ir acompañada de contenidos digitales adaptados a las necesidades de profesores y alumnos. Sin olvidar, afirma el editor, la necesidad de explicar desde la escuela la importancia de la creación y el respeto a la propiedad intelectual. España está a la cabeza de la piratería en Europa “y esto es algo que también hay que combatir desde la escuela”.

PIRATERÍA. Conciencia ciudadana

Del 58% de los españoles que dicen leer en formato digital, solo el 32% paga por las descargas. El restante 68% lo hace de manera ilegal. El derecho de autor es una conquista social, reivindican desde la FGEE: “Necesitamos que la Ley proteja de una forma adecuada la propiedad intelectual y la creación porque, de lo contrario, existe el riesgo de que esta desaparezca y seamos colonizados culturalmente". Si no se defiende al autor y a la creación, dicen, se tenderá hacia un mundo en función del mecenas que no desean. “La nueva ley es un parche más, pero estamos vigilantes ante su aplicación. Es esencial, recomienda Fernández, empezar pronto el camino de la concienciación en la sociedad.

LA RENOVACIÓN. Concentración y nuevos sellos

Frente a empresas globales como Amazon, involucradas en los diferentes eslabones de la cadena de valor del libro, lo que hay que hacer, según la FGEE, es establecer unas reglas del juego que sean las mismas para todos. Por lo demás, “sus intereses son muy distintos, salvo en lo de pagar los menos impuestos posibles y jugar con la ingeniería fiscal”.
El cambio de paradigma empuja a la concentración de editoriales y permite la renovación del sector con nuevos sellos o librerías debido a los campos desatendidos que dejan las grandes marcas. Es el resurgimiento del editor artesano o del librero más especializado y cuidadoso.
Estamos ante un ecosistema anfibio, analógico y digital en su minuto uno de vida. Y es ahora cuando, más que nunca, el libro recuerda que no es un lujo o un capricho, sino una necesidad personal, social y nacional que contribuye a la evolución del ser humano.

En caída libre

-  Un 55% de los españoles no lee nunca, o solo a veces.
- 40,6% es la caída acumulada en facturación desde que empezó la crisis, en 2008.
- 300 millones de euros es lo que se deja de percibir cada año por la piratería editorial.
- 14,1 euros es el precio medio de un libro, frente a los 12,72 de hace diez años.
- 3.223 es la tirada media de ejemplares por título, mucho menor que hace unos años.
- El libro es la primera industria cultural de España. Aporta el 0,7% del Producto interior Bruto (PIB), con 2.700 millones de euros en 2013.
El presente es consecuencia, también, de una tormenta perfecta: jubilación de un modelo de negocio centenario, transformación tecnológica, cambio de hábitos de consumo cultural y crisis económica. Pero reconoce Fernández: “Los editores no supimos convencer a la sociedad de la importancia de la lectura en el sistema educativo.Y, tal vez, renunciamos a que los libros fuesen el centro de esa educación que nos debía hacer mejores. Puestos a ser más autocríticos, se han publicado muchos engendros que no merecían la edición”.

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